Seguro que muchos españoles se encuentran estos día en Brasil con motivo del mundial de fútbol, por ello he querido publicar este post de mi reciente viaje a Brasil, y comienzo con un restaurante muy especial Rocka Beach Lounge & Restaurant que se encuentra en Praia Brava, en Búzios o lo que es lo mismo «el paraíso». Llegaré a Búzios después de un viaje de 200 kms. en coche desde Río de Janeiro.
Rocka es un exclusivo club de playa donde se puede disfrutar de un día de sol rodeado de la gente más «cool» de medio mundo, camas balinesas, Champagne y la mejor gastronomía de la zona. Este club es un proyecto de Santiago Bebianno y el Chef Gustavo Rinkevich. Un proyecto también de Casas Brancas Boutique Hotel & Spa, punto de referencia en el servicio de lujo de hostelería situado en Búzios.
Bucólica y tranquila playa la de Praia Brava que me dará la bienvenida. Al llegar garantizo la reserva de la mesa para luego asentarme en una cama balinesa a la sombra de las palmeras, allí ya te puedes tomar la primera caipirinha y ver la carta y encargar si te apetece un arroz.
Yo soy poco de playa, me aburre tremendamente no hacer nada, así que me voy a la cocina a conocer a los cocineros, no ha llegado el chef ejecutivo pero si su segundo Leonardo Basilio, argentino que trabajó en España, me cuenta que hoy van a hacer un arroz con marisco. En los fuegos ya está marchando su cocción y el aroma demuestra que saben lo que hacen.
También me enseña algunas piezas por lo que es muy conocido este restaurante, sus pescados, y los llevan hasta las mismas camas balinesas para que los clientes puedan verlos y reservarlos.
Y después de ver la calidad de su materia prima no puedo evitar pedir una entrada que me llevan a la cama balinesa, todo preparado para disfrutar cómodamente de mi caipirinha.
Espectacular y muy refrescante el Ceviche de Pescado y Gambas con Pimienta Rosa, sin duda la mejor elección para comenzar este día y acompañar a la capirinha. La frescura del pescado y de las jambas es la clave del éxito de este lugar, estamos ante un chef que respeta el producto y lo selecciona con disciplina. La técnica de la cocina del ceviche queda claro que la dominan.
También probaré una ricas Vieiras Gratinadas con Queso Parmesano y Vino Blanco, otro plato sin complicaciones que encuentra su efectividad también en la extraordinaria frescura de los moluscos.
Hora de subir al restaurante y prepararse para los platos principales. Aunque el arroz que estaban preparando tenía un aspecto muy apetecible y el pescado también, decido comer un Arroz Bomba con Tinta de Clamar y Frutos del Mar. El chef Santiago Bevianno ya ha llegado y me cuenta su historia en España y concretamente en las Islas Baleares donde trabajó con su segundo. Dominan el arroz negro y este plato es una de mis debilidades. Me alegro de mi decisión, impresionante, motivo suficiente para viajar hasta aquí para tomarlo.
El Filete de Pescado del día con Costra de Hierbas Frescas y Risotto de Setas es otra elección de autentico lujo que muestra la naturaleza de la zona donde estamos, tierra de pescadores que Gustavo sabe aprovechar muy bien.
Un buen restaurante no puede cometer el error de fallar con los postres, los propietarios de Rocka lo tienen claro y además están muy bien pensados para la temperatura de este país. Los dos postres que probamos nos refrescaron al finalizar la comida. El primero un delicioso Arroz dulce con mango, dulce de leche de coco y helado de canela.
Muy cremoso, dulce pero no empalagoso y muy refrescante se mostró el segundo de los postres de Rocka, una Sopa de Chocolate Blanco con Fruta de la Pasión y Helado de Mango.
Al terminar el chef, orgulloso de su cocina y materia prima, me quiso enseñar hasta el último rincón de su templo gastronómico. Orden, producto de altísima calidad y pescados capturados esa mañana es lo que guardaba en sus cámaras, un bonito y reconfortante espectáculo.
Ha sido una experiencia digna de recordar junto a los chefs Gustavo Rinkevich y Leonardo Basilio, me marcho con el mejor sabor de boca de este delicioso lugar que sin duda es el sueño de toda persona que vive en una ciudad, el mítico restaurante en una paradisiaca playa, existe y está aquí.
La jornada ha terminado, último paseo por la playa donde me encontraré de nuevo a Gustavo paseando con su pequeño. El mundo es fascinante, aquí nos hemos encontrado un español y unos chefs argentinos que trabajaron en España aprendiendo los secretos de nuestra cocina, ahora esa experiencia la ponen al servicio de personas llegadas de medio mundo en este paraíso que se llama Búzios.
Al marcharme lanzo la mirada al mar infinito, la música y las caipirinhas hacen efecto en los clientes de este club de playa que bailan al ritmo de la mejor música y los que pueden muestran sus esculturales cuerpos bronceados. Mi viaje continua por Brasil pero tengo claro que regresaré a este lugar en cuanto pueda y mi regreso se llamará ¡retorno al paraíso! Adeus!!!!
