Tío Pepe regresa a la Puerta del Sol

Una vez instalado así luce el nuevo Tío Pepe, flamante, renovado y con todos sus colores sobre un edificio también rehabilitado. Lo que parecía un camino difícil de recorrer finalmente se consiguió por la presión popular venciendo la razón. Sobre este luminoso se han vertido toneladas de opiniones y seguro que cada una tiene valor pero lo que es innegable es que hay diseños y elementos publicitarios que se han convertido en puro arte y este rotulo es una clara muestra. Diseñado por el maestro Luis Pérez Solero en homenaje al tío del fundador de la compañía González Byass e instalado en los años 50 se llego a convertir en una referencia y atractivo más de nuestra turística Puerta del Sol.

Ha quedado tan impresionante en su rehabilitación que incluso Carlos III, montado en su caballo sin moverse desde 1994, parece torcer la cabeza queriendo ser testigo de una novedad en esta plaza que desde que se creó no ha parado de cambiar de fisonomía. Cachirulos, cachivaches y construcciones desacertadas han sido materia constante de alcaldes sin gusto ni escrúpulos que han tomado esta plaza como su escenario privado de excentricidades arquitectónicas y mobiliario urbano absurdo. Parece que un poco de buen gusto y criterio ha reinado por el momento al permitir que nuestro querido tío regrese a casa. Será por aquello de dar una alegría a Carlos III, recordado como el mejor alcalde de Madrid, aunque no fuera alcalde en su vida.

Y regresa el Tío Pepe para quedarse, contemplando el reloj de la Puerta del Sol, frente a frente, cada 31 de diciembre el Tío Pepe será el más afortunado ya que podrá ver nacer un nuevo año desde el mejor lugar posible. Y esta plaza que tanto a visto y que en palabras de Ángel Fernández de los Ríos «No hay allí un palmo de terreno que no esté regado con la sangre de patriotas, de facciosos o de revolucionarios», ahora sin la autentica Mariblanca pero con el Oso y el Madroño, un poco mareado de tantos cambios de ubicación, parece respirar los aires del siglo XXI.

Nos llena de alegría a muchos de los que nacimos en esta complicada ciudad que nuestro querido Tío Pepe esté de nuevo con nosotros ¡Bienvenido Tío Pepe! de nuevo serás objeto de millones de fotos de turistas de todo el mundo. 

Abandono la plaza siendo objetivo precisamente de esas fotos de turistas que quieren a toda costa una instantánea de mi querido Tío Pepe, estoy en su campo de tiro, así que marcho sonriente igual que en aquellos años cuando no levantaba yo cinco palmos del suelo y mi madre me traía junto a mis siete hermanos a ver la Puerta del Sol en navidades, ya entonces me gustaba, ya entonces le quería pero no sabía que al crecer lo admiraría como publicista que soy y que amaría tanto ese líquido nacido del sol que representa ¡un triunfo de la imagen y del vino!