Llegan tiempos de frío y apetece subir a la sierra, pasear en los paisajes otoñales de nuestra geografía y por supuesto probar esas viandas que sólo se hacen en España, la tierra rica en sabores y aromas.
Y hoy mi elección para limpiar los pulmones, del insano aire de la urbe de Madrid, es marchar a Pinilla de Buitrago. Entre hermosas vacas y ovejas llegamos al muy famoso restaurante Groucho que pasa el tiempo y no cambia, y mejor que no cambie.
Para empezar no lo dudes, la judías blancas, manjar de dioses. Los días de fiesta siempre está lleno pero merece la pena.
Y para seguir, y normalmente terminar, el chuletón es imprescindible. Cocinado en su parrilla y de tamaño para vascos de buen comer. Si te atreves para terminar sus tartas caseras son la perdición.
Y después de comer nos vamos a comprar la misma carne que comimos y un buen queso de cabra de la zona, en una peculiar casa de piedra nos aguarda una carne matada en la zona (es posible asistir a las matanzas de cerdos que se realizan en este pueblo). Probamos sus buenos quesos artesanos de cabra, elaborados con la leche de estos animales que pastan en Guadarrama. El porrón imprescindible para acompañar tan buen manjar.
Es un pequeño establecimiento, en San Mamés, totalmente artesano pero dotado de todo el equipamiento necesario y conforme a las normas de sanitaria de la CEE, la Comunidad de Madrid y el Estado Español se produce este rico queso con sabor a la leche pura de cabra que pasta en estas tierras.
Tres siglos criando a estas cabras lleva la familia Colmenarejo y su experiencia se puede catar en sus quesos y sus carnes. ¡Un buen plan de fin de semana!
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