Miami además de playas, centros comerciales, coches y barcos de lujo tiene un espacio natural digno de conocer. Viajo hasta su corazón para descubrir uno de los secretos gastronómicos menos conocidos de la Tribu de los Indios Miccosukee.
A mi llegada ya me espera Umberto, él pilotará el hidrodeslizador de la empresa Tigertail Airboat Tours Inc. Umberto trabaja para esta empresa de los Miccosukee que no es la típica empresa para turistas ya que son responsables de la recuperación de animales en mal estado, animales no autóctonos infiltrados ilegalmente en los Everglades y de recoger a los animales que se meten en las casas para introducirlos en zonas donde no provoquen problemas, sus historias son interminables e increíbles.
Es muy probable ver a Umberto en programas de TV rodados para diferentes países del mundo sobre estos humedales subtropicales y su fauna.
Mi viaje me permitirá descubrir cientos de aves como garzas, garcetas, Anhingas, Gran Egrets, Cormoranes de doble cresta, rapaces… todo un espectáculo de belleza y color.
Durante mi visita tuve la oportunidad de ver infinidad de nidos con los pollos de estas grandes aves mimetizados con las ramas y las hojas de los árboles que abundan en pequeñas isletas.
Bajo el hidrodeslizador impresionantes aligátores y caimanes circulan por las ciénagas.
Y también el interior de este entramado de vida y muerte donde fauna y flora lucha por sobrevivir se puede encontrar esta curiosa alga acuática con pequeñas esferas que atrapan a insectos, una planta carnívora que es muy sensible a la contaminación.
Umberto me guiará durante dos horas por paisajes cambiantes donde juncos, árboles acuáticos y terrestres y su fascinante fauna ilustran el recorrido de este Parque Nacional de los Everglades.
Los hidrodeslizadores son una maquinas geniales a los que ningún territorio les es hostil, pudiendo salir de las más enmarañadas masas de arbustos secos y muertos, la pericia del guía hace el resto, un autentico baile sobre el agua como si de hielo se tratase.
Imperturbables ante la presencia humana estas bestias prehistóricas aguardan al acecho cargando energía del sol durante día para mostrar toda su actividad depredadora durante la noche.
Pero Umberto quiso demostrarme que no son tan fieros como los pintan y me enseñó a hablar con algún amigo suyo de los pantanos.
Un amigo con el que es mejor no enfadarse y mucho menos andar jugando, sus dientes son más convincentes y cuando estás tan cerca de ellos te planteas que carajo haces allí.
He querido sentir el tacto de uno de estos supervivientes de la historia y he probado con uno de los pobres especímenes que Umberto ha rescatado de la aguas antes de ser devorado por otro ejemplares más grandes. Este es uno de los lamentables casos de animales que son comprados ilegalmente y cuando el animal empieza a ser peligroso se suelta en los pantanos, al tener atrofiadas las patas no son capaces de nadar bien ni defenderse.
Aquí al resguardo de grandes depredadores sus hileras de dientes crecerán en tamaño poco a poco y con un poco de suerte mejorará su tracción en las garras deformadas.
Otro temible y formidable animal que pude sostener es la tortuga caimán, un depredador que en su boca guarda un arma trituradora, se trata de una mandíbula única en el mundo que puede triturar nuestros huesos, otra boca a la que es mejor no acercarse.
Umberto tiene ciento y una historias que además se pueden demostrar con recortes de periódicos sobre los animales encontrados en estos pantanos como anacondas inmensas o cocodrilos del Nilo de más de 8 metros que han sido soltados aquí por desaprensivos.
Seguimos nuestro viaje por paisajes cambiantes que me siguen sorprendiendo, suponía que serían más monótonos.
Incluso las flores tienen lugar en este ponzoñoso entorno, dando vida a espacios inundados por completo.
Pero el vegetal que ha llamado mi atención en este viaje es la Typha un genero que engloba once especies de monocotiledóneas. Sus rizomas son un nutritivo alimento que los indios han sabido aprovechar durante generaciones.
Rico en energía su contenido en proteínas es similar al arroz o al maíz. La parte exterior se pela y el corazón blanco se puede comer crudo o cocido, los indios lo comen cocido en forma de sopa. Yo no pude esperar y me la comí recién sacada del pantano. Dura de textura es masticable y si tuviese que compararlo a algo sería a un puerro sin el sabor de cebolla. En su interior detecto el agua del pantano pero ha sido interesante probarlo. También el polen procedente de sus flores puede ser utilizado como un suplemento harinoso o espesante ¡una joya desconocida!
Ha sido una experiencia inolvidable y otro capítulo de «Gastronomía Salvaje», me despido de Umberto deseando volver a verle, un gran tipo fusión de sangre española e italiana que en nuestra aventura no dudó en meter medio cuerpo en el agua cuando se engancho con la maleza nuestro hidrodeslizador ¡no lo olvidaré seguro!
Me marcho de los Everglades teniendo claro que el secreto gastronómico de los indios Miccosukee quedará bien guardado por guerreros casi invisibles y prehistóricos, me doy la vuelta para marcharme pero sin perder de vista el agua.
