Hay pocas imágenes que muestren mejor la figura de Loles Salvador, la tomé en Gastrónoma (Valencia) cuando se le hizo entrega de los Premios Gastrónoma ‘Uno de los nuestros’, por su trayectoria y gran trabajo que siguen sus hijos e incluso nietos en el Grupo La Sucursal. Rodeada de sus hijos y nietos que es lo que más quería en el mundo, así me gusta recordarla. Ayer me enteraba trabajando en un rodaje en Barcelona que Loles dejó este mundo tan raro en el vivimos, seguro que tiene una nueva misión allá donde lleve su luz y su personalidad inmensa. Nos deja muy tristes a todos los que la apreciábamos, yo quiero mucho a esta familia y ella suponía la cabeza y nexo de toda ella. La gastronomía de nuestro país y del mundo pierde a uno de sus ángeles preferidos.
Como todas las personas grandes sus orígenes en este mundo de la comida son muy humildes, allá por los años 80, con un puesto de verduras en el Mercado Central. El salto al restaurante La Sal y posteriormente La Sucursal marcaron los designios de su vida y la de su familia. Su trabajo se vio recompensado en los restaurantes de la familia con dos estrellas Michelin y con el enorme prestigio que alcanzó hasta el último minuto de vida, referente de la gastronomía valenciana e impulsora de una de las familias hosteleras más interesantes del panorama español.
Sus hijos han sabido tomar las riendas y el testigo, Javier Andrés Salvador es el Director Gastronómico del Grupo La Sucursal. Es Premio Nacional de Gastronomía 2015. Su hermana Miriam Andrés Salvador dirige la cocina del restaurante La Sucursal junto a su otra hermana Cristina Andrés Salvador que es el alma de la sala. El Chef Jorge de Andrés Salvador es el responsable de la cocina del restaurante Vertical y Manuel Andrés Salvador recorre cada día la lonja para poner en sus cocinas el mejor pescado del levante español, de igual forma es el responsable de conseguir la mejor fruta y verdura de la huerta valenciana y los mejores productos de Km 0.
Cada vez que coma en La Marítima recordaré, como siempre, parte de su legado, algo que pasó de madre a hijos, todo un clásico de la cocina Valenciana que lleva el sello de la gran Loles Salvador, y que sus hijos recuerdan desde pequeños, el ‘Arròs amb fesols i naps‘, una referencia de los habitantes de las comarcas de Valencia de La Safor, La Ribera, l´Horta o La Marina Alta y Baja.
Atrás quedaron sus duros días de trabajo en la cocina, aunque no pocas veces se pasaba por las cocinas de los restaurantes y ponía firme a sus hij@s y equipos de cocina. Loles, querida por todo el mundo, se retiró al campo como me contaba, «…con mis verduras, abejas y manzanas» y allí fue feliz sus últimos años.
Me quedo en su recuerdo con la dedicatoria que hizo el día que recibió el emotivo premio de Gastrónoma, dedicó el premio a sus hijos «…a los que no pudo darles lo que hubieran necesitado por una vida de esfuerzo siempre en la cocina», sus lagrimas que no cesaban en este momento se apagaron con un enorme aplauso que le dimos todos los presentes, pero en su grandeza infinita Loles también quiso recordar la figura de muchas y grandes cocineras que al igual que ella sufrieron para abrir el camino a las mujeres que hoy forman parte de ese exclusivo mundo de la alta gastronomía.
Descansa en paz querida Loles, te recordaremos siempre con todo nuestro cariño, amor, respeto y admiración.
Todo mi cariño a su familia en estos momentos tan duros que no tienen consuelo alguno, un enorme abrazo para tod@s y muchos besos para tod@s l@s pequeñ@s niet@s que adoran a su abuela, se os quiere mucho familia!!!!!