No se puede hablar de la historia de la alta cocina de Barcelona sin mencionar a Via Veneto*, parte del corazón de esta ciudad, cuya sala y cocina han vivido mucho que nunca se sabrá gracias a la discreción de Josep y Pere Monje, padre e hijo. Una historia que comienza en 1967, que fue recompensada con una Estrella MICHELIN en 1974, estrella que hoy conservan.
David Andrés después de su trabajo con Jordi Cruz en Abac*** se incorporó como chef de la histórica sala donde ha sabido respetar la tradición de Via Veneto* y donde ha incorporado progresivamente su cocina.
La decoración modernista del local es una de sus señas de identidad, sus salones privados reclamo de las comidas de empresas y reuniones privadas.
El eco de la voz de Salvador Dalí quedó atrapado en estas paredes, enamorado de su cocina y servicio, fue un fiel cliente de Via Veneto, las fotos del archivo del restaurante dan fe de ello.
Platos como su Cocktail de centolla, la versión de la mítica ensalada de marisco, son evolución de un clásico.
La bodega de Via Veneto es bien reconocida por su número de referencias y por estar a ocho metros de profundidad del suelo. Estando en Cataluña me apetece una de mis uvas predilectas, la Garnacha blanca, así que dejo al sumiller que me sugiera, y pone en copa Blanc D´Orto 2021, en nariz descubre melocotón, pera y notas florales de flor de naranjo. En boca sutil mineralidad y agradables frutas tropicales.
Refrescante Ensalada caprese de bogavante con su agua de tomate Virgin Mary, con tomates cherry de payés, mini burratas de elaboración propia y helado de albahaca. Un plato que muta con cada temporada.
Imprescindible su Carpaccio de Atún Rojo de L ´Ametlla de mar y lubina salvaje, con fresas y remolachas del Maresme. Un ejemplo de producto local de alta calidad, el Atún Rojo Balfegó, utilizado para la elaboración de este plato.
En su carta encontramos el Salmonete de roca con su piel crujiente, con salsa beurre blanc al amontillado de Jerez, zanahoria y azafrán, otra de las grandes apuestas en el capítulo de los pescados.
Los tres filetitos con tres salsas es la recreación de otro de los platos históricos de Via Veneto
Para acompañar la carne sugiere ahora el sumiller Macán 2019, elaborado con la variedad Tempranillo 100% es el vino insignia del proyecto de Bodegas Benjamin de Rothschild & Vega Sicilia, con marcados aromas a fruta madura y notas a tostados de su crianza.
La ceremonia del servicio de la naranja es uno de los espectáculos del servicio en sala, un servicio al que este restaurante da mucha importancia, a lo largo de la comida se van sucediendo preparaciones en espejo ante la atenta mirada del cliente, todo un lujo digno de admirar.
Cuatro postres clásicos se mantienen en la carta, la mencionada Naranja al estilo Via Veneto, Como un flan (flan cremoso de vainilla), Crêpes Suzette flambeadas, y para terminar el Soufflé al Grand Marnier, a los que se suman los nuevos postres de temporada.
Via Veneto es uno de esos lugares que forman parte de nuestra cultura, de nuestra historia, negocios que deben continuar y ser apoyados para mostrar nuestro pasado, presente y futuro.
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