Conocí al chef Óscar Molina hace ya muchos años, cuando estaba empezando a fraguar su cocina, los años le llevaron por el mundo cocinando con grandes maestros de la cocina asiática, peruana… aprendió técnicas y el leguaje de la alta cocina y consiguió la primera Estrella MICHELIN en un hotel en la isla de Ibiza, en el restaurante La Gaia*. En los últimos años ha definido su cocina con responsabilidad medioambiental, conciencia ecológica y búsqueda y promoción de los productos de proximidad.

La alta cocina en Ibiza ha llegado para quedarse, en los últimos años han florecido los proyectos de grandes chefs, Óscar Molina y La Gaia son sin duda un referente de la isla blanca.

El primer paso que encuentra el comensal es la recepción, donde tiene lugar el primer encuentro del `menú Posidonia´.

Un Huevo, periquito y algas se disfruta en su zona de sillones, una Esfera de virgin Bloody Mary, un Tartar de buey, filo y col picante para seguir con un Mole, foie, quinoa y cacao que se tomará en la barra de la entrada.

Un Ramen vegetariano tiene la propiedad en palabras del chef de dar la bienvenida a la mesa, en ese juego de un confortable caldo que recuerda al hogar.

Nos ponemos en manos del sumiller para sentar la armonía ideal con cada plato.

El primer vino será Origine Solera ES/9.0 Castelnau.

Con caviar y romesco el cocinero recuerda sus orígenes, remata el plato con leche de tigre y maíz.

Una de las estrellas de esta costa llega en el siguiente plato, Gambas al ajillo con bearnesa y galleta de pimienta.

Marjan Simcic Pinot Grigio será el siguiente vino.

El plato Puerro y algas recuerda a las composiciones niponas, recubre el puerro con las algas y aporta una emulsión de escabeche y corona con flores.

El vino siguiente es un Torbreck Woodcutter’s Semillon 2022.

Acompañará este vino el plato Atún y coliflor, tsume y caviar, emblemático plato de este menú, elaborado con una elegancia propia de Molina.

El impecable servico en sala tienen momentos estelares…

…como la infusión realizada en mesa para el plato…

Alcachofa a baja temperatura, pil-pil de huesos, jamón y caldo ibérico.

Una joya enológica, blanco, Pedra De Guix 2019. D.O.Ca. Priorat.

Otro de los grandes momentos de la cena, Cangrejo real al fuego con beurre blanc y capuchina. Una delicia de plato que el chef elabora con CHATKA Cangrejo Real pescado en los fiordos noruegos, su caparazón llega a medir hasta 28 cm y su tamaño completo incluyendo sus gigantescas patas puede alcanzar hasta 180 cm de envergadura. La fortaleza que les caracteriza hace que algunos ejemplares lleguen a vivir hasta 20 años alcanzando un peso de 12 kg. Se trata de una de las especies más codiciadas ya que su captura está muy regulada mediante cuotas restrictivas.

Un Bullit de rotja con patata, mousse de alioli y avellana, es la siguiente propuesta de Molina donde el pescado local capturado por los pescadores de la cofradía muestra todo su valor.

El sumiller hace un cambio al tinto con Sierra Cantabria 2020.

El Arroz negro con huitlacoche y polvo de jalapeño es la demostración de conocimiento sobre el mundo de los arroces del chef, sencillamente ideal.

El último plato será la carne, Royal de cerdo negro, tubérculos, su salsa y cacao. Otro producto del territorio nacido y criado en la isla.

Los postres empiezan con un corte refrescante, Cítricos, granizado y espuma de limón.

Con el Buñuelo de Flaó Ibicenco, yogur griego y tocino de cielo, el chef hace un homenaje al famoso pastel de queso ibicenco, con una versión más sofisticada.

Y siguiendo con la tradición otro postre que evoluciona del Pan y chocolate, helado de cacao y carquinyolis.

Cierra esta cena la Caja dulce, con Nube de maracuyá, Petit four de frambuesa, Cake de zanahoria, Roca de chocolate y barquillo, y mis dos preferidos, Polvorón de pistacho y la sublime Almendra de chocolate. Inmejorable cierre para una cena única en una isla tan especial, restaurante imprescindible de visitar este verano…