El chef Carlos Portillo ha creado su propio puerto de mar en la ciudad de Madrid, con el tratamiento impecable de pescados, mariscos y moluscos ilumina la calle Ibiza, una calle muy apropiada para instalar su particular puerto gastronómico, con sabor a Mediterráneo.
Desde la entrada la vista se clava en el espectacular escaparate de pescados, allí Carlos selecciona, limpia, corta y hace al fuego.
Dejamos que sea Carlos el que seleccione el menú, aquí se come según el mar traiga una u otra pieza, es el gran encanto de la cocina de Carlos. Empezamos con su ya clásica Gilda de Atún.
Como primer vino EDEDIA 2020, un Godello nacido en Valdeorras, que nos da notas cítricas, minerales, manzana, membrillo…
Para seguir el chef nos ilumina con un intenso Fondo donostiarra de nécoras.
Nuestro particular mar comienza a dar la bienvenida a nuevos peces, ahora unas tostas con anchoas, con ese punto tan especial que Carlos da todas sus recetas.
Los crustáceos tienen es este Carabinero uno de sus más importantes representantes del sabor, de nuevo el tratamiento de calor justo para disfrutar de su esencia.
El segundo vino será el Ribeiro A TEIXA 2029, mantenemos así un corte similar de vinos apropiados para este mundo de pescado continuo. También encontramos esas notas cítricas acompañadas de otras notas de frutos secos y fruta madura y blanca.
No puede ir mejor la comida y llegan las esperadas Kokotxas con guisantes lágrima, un gran momento…
Y sigue Carlos con otra combinación verde y pescado, una impresionante Quisquilla de Motril con alcachofa es su siguiente y segura apuesta.
Carlos es un maestro de los platos de cuchara y sus pochas siempre iluminan el alma, si además las hace con almejas y le aporta el toque de crustáceos aún mejor.
Y resistirse a su chipirón es imposible, una vez más el toque exacto de fuego para elevar el sabor de esta joya de nuestro Cantábrico.
Y del Cantábrico al Atlántico para degustar un impecable Virrey, su sabrosa carne tiene el origen en su alimentación basada en pequeños crustáceos y cefalópodos, eso le proporciona su sabor a marisco., Carlos lo prepara con su propia salsa, recuerdo siempre del mítico ELKANO (Getaria) y su `agua de Lourdes´que ponen a sus rodaballos.
Lo acompaña de sus imprescindibles pimientos.
Y cierra la comida uno de sus cremosos flanes.
Siempre es un placer comer en Bistronómika y asistir a la procesión de sabores que Carlos es capaz de generar.