Cartagena es una ciudad desconocida para muchos, en su corazón guarda secretos dignos de conocer, bien merece una visita para descubrir entre otros el espacio gastronómico del Restaurante Magoga, regentado por la Chef María Gómez y el sumiller y jefe de sala Adrián Marcos que han sabido crear uno de los mejores restaurantes de Murcia.

María comenzó su camino en este mundo de la cocina en la escuela AIALA del televisivo Karlos Arguiñano y en el Centro Culinario Vasco, también tuvo la gran oportunidad de trabajar junto a Ferrán Adriá en ‘El Bulli’ y con el no menos renombrado Juan Mari Arzak. Con este bagaje no podía salir nada malo, María ha sabido utilizar las herramientas para componer una cocina de autor donde Cartagena esté siempre presente en la carta, pescados, mariscos, verduras, hortalizas, frutas, carnes t otros ingredientes de la tierra están en sus platos. Junto a Adrián hacen una pareja perfecta para llevar este negocio, serios, profesionales y con un punto de timidez que delata su humildad.

Aunque ya están pensando renovar su sala actualmente es un espacio agradable que te envuelve y transmite tranquilidad.

Bancadas y confortables sillones independientes se reparten en el espacio donde no faltan reservados para las comidas y cenas privadas o de negocios que requieren intimidad.

Damos comienzo a nuestra comida con los Snacks, un paseo por Cartagena, dentro del menú degustación Alma, que en mi caso hemos recortado en algunos platos, comenzamos con un crujiente de chato y mojama de atún. Tierra y mar en este primer aperitivo para unir cerdo y atún.

Y de nuevo productos de la tierra murciana expresados en el segundo aperitivo, una Flor de campo de Cartagena, gofre de patata de la Puebla, morcilla de verano y piñón ibérico.

Y termina este capítulo antes de comenzar con los entrantes con una Una Yema eco de San Isidro y esencia de Michirones. Los michirores son habas secas a las que se añade hueso de jamón, chorizo y laurel para hacer en cazuela.

Finaliza el servicio de los snaks, en la mesa el servicio de agua muestra el compromiso de este establecimiento con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, el agua filtrada de AGUAVIVA lo certifica.

Antes de comenzar con los entrantes se sirve el pan que muestra una selección de cinco tipos de artesano.

Selecciono  un blanco para acompañar mi cena, se trata del vino blanco Granit, una garnacha blanca del Montsant que Adrián nos sirve con arte y buen oficio.

La selección de platos del menú da comienzo con unos Langostinos, coliflor y crema de sus cabezas. María exprime aroma y sabor de los crustáceos aprovechando al máximo el producto que sirve con las cabezas crujientes que podemos comer enteras.

Ahora hace presencia en la mesa un símbolo de la ciudad de Cartagena, es el primer submarino eléctrico que se creó, invento y creación el insigne cartaginés Isaac Peral, María y Adrián le rinden tributo a la máquina y al hombre que por desgracia no tuvieron el reconocimiento que se mereció en vida, como suele ocurrir con muchos grandes genios. El submarino original se puede ver en en Museo Naval de Cartagena.

Un bonito homenaje que guarda en su interior una Ensalada de cebolla asada, salazones curados en casa y almendra marcona, sabores también propios de esta tierra que María ha querido aunar a la imagen del incomprendido ingeniero.

Uno de mis pescados preferidos es la siguiente propuesta de la chef, Raya a la brasa con su torrezno y callos de bacalao guisados, nada que ver con la forma de cocinarlo en Galicia, María aporta al pescado un guiso de melosidad pura con los callos de bacalao que la acompañan.

 
Me salto dos platos de este menú, Arroz bomba D.O. Calasparra de gamba roja de nuestra costa y Kokotxa de atún rojo guisada, jugo de ternera, boniato y physalis, hoy ha sido un día duro de comidas y le pido a cocina que lo acorte. Seguiré por tanto con un Pichón de Mont Royal en dos cocciones con su jugo, maíz y paté de sus menudillos, ya sabéis el pichón es la prueba de fuego para saber si un cocinero entra en el mundo de la lata restauración con buena nota, obsesión de los franceses, seguida por los grandes cocineros vascos, de los que la chef parece haber aprendido su cocinado perfecto en dos cocciones.

La impresionante tabla de quesos artesanos da la bienvenida al capítulo de los postres, una apuesta que valoro y agradezco donde se ve el apoyo de Rubén Valbuena y Cultivo donde Adrián ha realizado la selección de estas joyas que merecen ser degustadas al final de una comida o cena.

Adrián propone ahora el vino, y nos  ilumina la cata de quesos con un Belle au Naturel Vouvray. Sus delicadas notas de flores blancas, cítricos y mantequilla lo hacen un compañero ideal.

Y para finalizar me salto de nuevo otro postre, la Pasión de chocolate y algarroba, pero si disfrutaré del la refrescante Piña en texturas, coco, curry verde y rosas.

Los cuidados Petit fours acompañan infusiones y café y marcan el final de nuestra cena en Cartagena. Una experiencia más que interesante que me hará regresar por esta buena tierra y ciudad para seguir el trabajo de este brillante equipo que nos dará muchas gratas sorpresas en el futuro, seguro.

Más información y reservas en: https://restaurantemagoga.com/