Visitar León y no probar uno de los mejores cocidos del mundo tiene mucho delito, así que os daré las claves para no caer en ese tremendo error…
La experiencia comienza visitando uno de los más bellos pueblecitos de España, Castrillo de Polvazares (Astroga-León).
Allí se encuentra Casa Coscolo, una preciosa casona de piedra se integra en la arquitectura del pueblo.
En su puerta el aviso de lo que está por llegar…
Este lugar tan especial tenía que estar regentado por gente también muy especial, Pedro y Eva tuvieron un día un sueño, construir un pequeño hotel donde hacer disfrutar a los viajeros que pasaran por el cruce de caminos de los legendarios arrieros maragatos, en Castrillo de los Polvazares. Y allí hacen uno de los mejores cocidos del mundo, el auténtico Cocido Maragato, referencia y plato de culto en la comarca.
Aperitivo generoso en el arranque, acompañado de una cerveza realizada para ellos en especial, La Garimba de Coscolo.
Eva, que ejerce de jefa de sala, sumiller, relaciones públicas y todo lo que se le ponga por delante, transmite ese positivismo y alegría que todos queremos encontrar al entrar en un restaurante. Nuestra elección de vino será de la tierra, del Bierzo para ser más exacto, La Vitoriana 2014. Elaborado por el gran Raúl Pérez en ‘La Vizcaína de Vinos’ con mayoría de Mencía, algo de Bastardo, Garnacha Tintorera, Doña Blanca y Palomino. En nariz mucha fruta roja, regaliz, manzana, notas de especiado y balsámico. En boca mucha fruta y agradables toques florales con evidencia de sutil madera.
Y llega amenazador el primer vuelco, cocido de campeones, con morcillo de buey, albóndigas de gallina, costilla, chorizo, morcilla curada, tocino, careta, manita y relleno…
El primer asalto no pide más vino así que avanzamos en añada con otro vino del mismo enólogo Raúl Pérez junto a César Márquez, Las Gundiñas 2015, también elaborado en el Bierzo con las variedades Mencía, Bastardo, Garnacha tintorera y Doña blanca. Exquisitas notas de tomillo, de frutas confitadas y de grafito.
segundo vuelco con unos impresionantes garbanzos de la tierra con repollo…
…acompañados de unas no menos impresionantes guindillas verdes
Y llegamos al tercer vuelco con la imprescindible sopa de cocido con fideo fino. Afirmo al terminar, uno de los mejores cocidos que he comido en mi vida.
Y terminamos con las Natillas al caramelo con mantecada de Astorga, postre tradicional para terminar, se puede pedir más…
Extraordinaria experiencia que sin duda tengo que repetir, me ha fascinando encontrar en este gran restaurante el respeto a las tradiciones y recuerdo a sus habitantes “maragatos” que durante siglos fueron arrieros dedicados al transporte de mercancías con carros tirados por mulas a lo largo de toda la península, hasta que en el siglo XIX el monstruo de acero, el ferrocarril, acabó con esta noble forma de vida.
Casa Coscolo