Siempre me he declarado un convencido de la temible guía roja francesa. Su criterio, siempre con luces y sombras, es sin duda el más creíble de cuantas ediciones nacionales internacionales existen, pero a veces las injusticias claman al cielo.
En esta nueva edición los inspectores han desplegado de nuevo su manto de hielo y fuego y han dado calor por un lado y por otro han arrasado empresas que dependen en gran medida de los pequeños astros. así ha sido su opinión, siempre respetable pero por supuesto discutible, para eso existe la libertad de expresión que algunos usamos ya que podemos y debemos hacerlo cuando visitamos al año muchos de los restaurantes estrellados puestos en juego.
La edición 2019 trajo a España un nuevo tres estrellas, tres nuevos dos estrellas y 22 nuevos con una estrella.
Del apabullante éxito de Martín Berasategui no tengo más que decir, se merece todas las que le den, por su incansable trabajo, por la brillante formación de su ejercito de cocineros y equipos de sala que llevan su sello personal y que se convierten en grandes figuras de la hostelería allá donde van. El gran Martín alcanza las 10 estrellas.
Gran trabajo el de Rafael Moya y David Arellano Hidalgo en eMe Be GARROTE en San Sebastián que alcanzan la estrella para la colección de Martín Berasategui. Buena inversión en cocina que se ha visto recompensada.
También Oria en Barcelona toca el cielo con una estrella, después de que Lasarte con Paolo Casagrande alcanzara las deseadas tres estrellas en la edición 2017. Así que conformado el nuevo firmamento de Berasategui.
A Ricard Camarena también le llega la más que obligada segunda estrella por su trabajo en Valencia en el restaurante que lleva su nombre.
En Euskadi la Guía ha sembrado presente y futuro en otro de sus grandes chefs, Eneko Bilbao alcanza la primera estrella reconociendo así el trabajo del brillante Eneko Atxa.
También recupera su estrella, después del traslado a su nuevo emplazamiento, el restaurante Etxanobe Atelier de Bilbao con Fernando Canales y Mikel Población.
En Madrid Rodrigo de la Calle eleva de nuevo la estrella en su restaurante El Invernadero, con su sensacional y arriesgada Gastrobotánica.
Al brillante Julián Mármol se le reconoce su gran trabajo de estos años en su original y sorprendente Yugo. Me honra haberle descubierto cuando sus sueños comenzaron a hacerse realidad en el primer proyecto que terminó en su actual emplazamiento en el corazón de Madrid.
Y la mayor de las injusticias, llegando al absurdo, se la lleva esta edición al quitarle a El Club Allard una estrella, cuando este templo de la gastronomía madrileña estaba haciendo un excepcional trabajo con el Chef José Carlos Fuentes y alcanzando sin lugar a dudas uno de los mejores momentos de su historia. Y es aquí donde paro y reflexiono, ¿se da cuenta del perjuicio de una decisión así lo que puede producir la todo poderosa guía en un negocio de hostelería? ¿es justo que cuando clientes y críticos gastronómicos pensamos que este restaurante es más que un dos estrellas la guía por sus criterios arcaicos le quite una? sin duda o no son conscientes o lo hacen para producir ruido mediático, con escándalos que tanto gustan a los medios de sector amarillo de tercera fila. Afortunadamente los clientes tienen claro que este chef, que es un hacedor de estrellas y no hay más que ver su carrera, es sencillamente brillante y se le debe premiar asistiendo a su sala cuantas más veces mejor, diga lo que diga la guía francesa.
Un año más luces y sombras, aciertos y necedades en la lista que tanto esperan los hosteleros de este país, mientras seguid haciendo bien vuestro trabajo amigos cocineros, empresarios de hostelería, sumilleres, camareros, y todo el equipo de cada restaurantes de nuestro país, la mejor recompensa es la sonrisa del cliente, las estrellas brillan pero también pueden pinchar.