No creo que en Madrid exista alguien que no conozca a la buena de Pepa Muñoz, o no haya escuchado hablar de ella y su cocina tradicional que crea cada día en El Qüenco de Pepa. Nacida en Sevilla Pepa transmite su arte, alegría y simpatía a los fogones. 

Y es que Pepa, es mucha Pepa, es sinónimo de producto, producto de calidad, el equivalente a la comida casera, a esa que te gusta regresar siempre. En la entrada espera el espectáculo, los enormes tomates cultivados por ella y Mila en sus tierras de cultivo donde también tienen otras verduras de temporada y donde todo se hace con cariño y amor al producto.

Venir a las casa de Pepa y no probar sus tomates en temporada es un delito castigado por necedad. Para disfrutar de estos tomates se han tenido que recuperar semillas de mas de 50 años y se ha tenido que trabajar con distintos semilleros a lo largo de todo el año. Regadas con agua de poza potable, procedentes de Ávila y de Tuleda. La Chef los sirve de varias maneras, Tomate con ventresca y cebolleta (clásico), Tomate con cebolla fresca, Tomate en rodajas con flor de sal y aceite picual, Tomate con burrata fresca.

Para continuar uno de esos platos que me transportan a mi infancia cuando mi madre me servía los tradicionales huevos rellenos que tanto se comían en mi casa y que también en la Sevilla de Pepa son todo un clásico.

Hoy tuve la suerte de pillar también la temporada del guisante que Pepa hace magistralmente con huevo y un toque de jamón ibérico. Y como a cada plato le pone Pepa su toque humano, te cuenta el plato mientras dibuja su bien conocida sonrisa, todo el mundo quiere a Pepa.

Una sala repleta de clientes de alto nivel, muchas caras conocidas de la política, la empresa, la jet, ve pasar mi siguiente plato, Arroz cremoso con gurumelos y foie fresco a la plancha, otro de los clásicos de Pepa que mantiene en carta.

En casa de Pepa, desde que la conozco de jóvenes cuando yo cenaba muchas veces en el Qüenco de Alberto Alcocer, las tortillas han sido todo un sello de identidad, sigue con esa buena costumbre, en carta muestra la Tortilla de patatas con almejas a la marinera pero en función del producto de mercado puede cambiar.

Ponerse en sus manos para comer es una sabia decisión, hoy nos recomienda un impresionante besugo del que quedaron las espinas y por su tamaño. Tratamiento perfecto del pescado para un punto optimo.

Aunque  quedamos plenamente satisfechos Pepa quiere que probemos sus postres y comienza con una tarta de chocolate fundente, puro vicio.

Y para terminar una Tarta Tatin, de las mejores que se pueden probar en Madrid, sin duda. La historia de esta tarta es tan fascinante que no me reprimo a contarla, fue creada por accidente en el ‘Hotel Tatin’ en Lamotte-Beuvron, Francia en 1889. Como muchos otros grandes platos nació de un despiste, de la mano de Stéphanie Tatin que se pasó en la cocción de las manzanas para hacer su tarta clásica de manzana y para no desperdiciarlas les puso la pasta encima y las horneó, le dio la vuelta «et Voilà» nació la tarta Tatin.

 

Hemos rendido tributo a todos los sabrosos platos de Pepa con la joya del altiplano, Bosque de Matasnos 2014, nacido en lo más alto de la Ribera del Duero. Beatriz Andrino, la sumiller, maneja una carta más que interesante para gustos clásicos y más de estos tiempos.

Me ha encantado ver de nuevo a Pepa después de nuestro viaje juntos a Montreal donde cocinó en dos de los mejores restaurantes de esta fría ciudad de Canadá junto a la Chef Helena Loureiro y donde mostró su cocina española ante los felices canadienses que abarrotaron sus dos cenas.

Le mandamos desde aquí a la chef portuguesa un beso enorme y el deseo de vernos pronto junto a un plato de cocina portuguesa.

Pepa muestra en su casa y en sus platos el cariño que tiene hacia la gente en general, ama su trabajo como todo buen cocinero y lo transmite en el plato, sin duda un referente en Madrid de lo que es la buena cocina.