La tarde se me antojaba candeal, la bruma del Manzanares me recordaba el humo de los hornos, incluso mi imaginación transformaba los olores otoñales de la ciudad de Madrid en los mejores aromas de un obrador, me dirigía a La Casa de Campo a la (IES) Escuela Superior de Hostelería y Turismo.
Ayer el «hombre hecho de pan», el «Cocinero Panarra» como a él le gusta llamarse, presentaba su nuevo libro «El Pan en Palio». Jesús Monedero, producto de generaciones de panaderos daba a luz a su cuarta criatura, antes ha traído al mundo con la ayuda de su mujer a dos preciosa niñas y a un guapo mozalbete.
Su nueva criatura está compuesta de pan, su obsesión, y es que los que le conocemos y le visitamos a menudo saludamos a su «Manolito» como a uno más de la familia, su Manolito es la masa madre que guarda con todo el cariño en la cocina y que alimenta cada día. Ayer, rodeado de los suyos y donde no faltó su indispensable hermano Isaac Gomez Monedero, su mujer y sus pequeños, como hacen las buenas gentes y humildes de cuna, y visiblemente emocionado por la presentación de su profesor Francisco Escribano, nos contaba que este libro es el producto de años de notas recopiladas cada noche, la concentración de su aprendizaje y la evolución de su trabajo como panadero en fusión con la cocina.
Jesús es el ejemplo vivo de que un Chef puede ser panadero, solo hace falta aprender y trabajar, dedicar el tiempo suficiente para estar orgulloso de tener en sala un pan de calidad.
Su editora Isabel Vicente junto a todo el equipo que realizó el libro contaron la pericia de hacer este libro junto al manchego de Ocaña que nace con prólogo del maestro panadero Manuel Flecha.
Ayer Jesús «el Cocinero Panarra» aportaba otro importante grano de trigo a la causa del pan de calidad, ayer mi amigo panarra con el que un año más hemos puesto al pan de calidad en su lugar en Arte-Sa. Encuentro del Pan Artesano en Restauración, nos hacía felices a los que amamos el pan de verdad ¡ENHORABUENA PANARRA!
Y como vine me fuí, allí le dejo al cocinero panarra firmando libros con su peculiar escritura vertical, otro signo de genialidad de los zurdos, mientras su pequeña aprende y recibe una lección de papá que nunca olvidará «solo se es grande cuando uno se cree pequeño», a lo mejor esa pequeña cabecita se llena de pan y es la heredera del trabajo de su padre, suerte tendrían la generaciones venideras si así fuera.
Madrid huele a pan y me marcho en la noche de la gran ciudad, las luces parecen estrellas y me iluminan el pensamiento, y pienso lo importante de la aportación un ser humano a la vida de muchas.
EL PAN EN PALIO
Editorial Istarduk Ediciones
Un reportaje de Esteban Capdevila
