Madrid crece a velocidad de crucero en restaurantes con espíritu internacional, nuevas filosofías gastronómicas y conceptos innovadores que van ganando terreno al restaurante donde solo se va a comer.
La tendencia marca espacios donde tomar una copa a cualquier hora, comer de forma desenfadada o escuchar buena música al llegar la medianoche es algo habitual, estamos dando el paso al estilo de Londres, New York o Miami.
En este entorno se encuentra el flamante TATEL, que naciera con Rafael Nadal, Pau Gasol y Enrique Iglesias, junto a los empresarios Abel Matutes Jr y Manuel Campos ya están montando su segundo proyecto en Miami y es que ya lo advirtieron al abrir Madrid, TATEL se exportaría a diferentes capitales del mundo con un sello único de gastronomía y marca España.
He venido muchas veces a tomar un vino a cualquier hora pero regreso para comer después de haber vivido su apertura, y lo hago para saber como ha evolucionado su cocina, me costa que su sumiller Adán Gómez, uno de los grandes de nuestras salas está haciendo un excelente trabajo de dirección de sala.
Para comenzar un Tío Pepe, Adán demuestra su buen gusto en vinos al tenerlo en la carta, no me cansaré de defender el consumo de los vinos de Jerez, imprescindible para que estos vinos tan especiales sigan existiendo y permitirnos a los que los amamos seguir disfrutando de su magia.
Lo acompañará una sugerencia de Adán, un finísimo carpaccio de atún, y se lo agradezco de corazón, no puede ser más acertada la armonía nada más empezar. Un corte delicado que me permite degustar la esencia de un buen atún, bien presentado y bien aliñado.
De Tatel no me puedo marchar si probar algunos de sus entrantes que ya son sello de identidad, así que decido repetir su ensaladilla rusa de cigalas, de nuevo acierto, ya intuyo que el rodaje de este restaurante le ha dado seguridad a los cocineros y método, este plato ha ganado en estos meses, aún es mejor que en el momento de su apertura.
A pesar de parecer repetitivo en los ingredientes de mi comida me da igual, tampoco me voy privar de probar la famosa tortilla Velazqueña de Nino Redruello,
y nuevamente plato mejorado, la autentica tortilla de este chef que me ha acompañado en los diferentes restaurantes donde ha trabajado y que es su marca de la casa.
No abandonaré Tío Pepe en toda la comida, marca un paso perfecto, un equilibrio ideal con cada plato y su temperatura se me antoja ideal, no quiero dejar de disfrutar de su punta salina, de su canto a Jerez.
Y para darle otro compañero ideal decidimos tomar un arroz con bogavante, nuevamente muy grata sorpresa, elaboración perfecta, meloso, con la dureza que yo le pido a un arroz, suc trabajado con aroma y final de boca exquisito.
También tengo en Tatel postre preferido que no es otro que el Cremoso de Turrón, sencillamente creado para mi, sutil, suave, rompe con una cremosidad ideal y sus notas de almendra le dan el último soplo de emoción a nuestra copa de fino.
Me alegro de regresar a Tatel y de comprobar que el éxito no ha relajado su cocina, de ver que el servicio de sala se cuida al máximo y que su carta de vinos te permite ser feliz te guste lo que te guste, con la temperatura de servicio óptima.
Es TATEL sin duda un espacio para ver y ser visto, si, es un lugar de moda, si, de gente guapa, pero además de todo eso es un lugar donde se come bien y el servicio es de diez. Tendré que conocer el siguiente en Miami!!!!