Mi último viaje a Londres me llevará a vivir una nueva experiencia en compañía de dos grandes sumilleres españoles que trabajan en dos representativos restaurantes de la capital gastronómica mundial, Álvaro Prieto (Restaurante Ametsa) y Agustín Trapero (Launcesnton Place) os invito a acompañarme en un recorrido que nos llevará hasta el cielo de la capital británica.
Primera parada con nuestros dos sumilleres en Antidote Wine Bar 12A Newburgh Street, un agradable local donde el vino es protagonista aunque es restaurante también.
Álvaro nos propone catar un vino blanco, Domaine Giachino Monfarina, un vino de viticultura biológica elaborado con uva Jacquère en la zona vinícola Savoie. Su nombre «Monfaina» se debe a una famosa y tradicional danza del Piamonte, su etiqueta ilustra dicha danza.
Y mientras Álvaro y Agustín me ponen al día de las muchas novedades de Londres desciframos este vino.
De color amarillo pálido que guarda un aroma intenso de frutas tropicales donde notas de maracuyá y litchi marcan el paso hacia otras de carácter mineral, de cítricos y de grosellas negras.
Una vez catado este apetecible blanco, para comenzar una tarde de verano, nos dirigimos ahora a otra de las mejores zonas de Londres para encontrar buenos restaurantes. Agustín nos lleva a Maddox Street a una preciosa brasserie donde el vino también tiene su lugar de honor, 28-50 Wine Whorkshop & Kitchen.
La sumiller Caroline Ine, amiga de Agustín nos da la bienvenida con una gran sonrisa que no borrará en toda la noche, Agustín ha trabajado con ella y nos ha querido mostrar su lugar de trabajo y su profesionalidad en sala.
Caroline nos invita a degustar para empezar Champagne Jacques Picard, una bodega que plantó sus primeras viñas en1950, fue Roger Picard.
Elaborado a partir de 70% de vinos de reserva de Chardonnay, 25% de Pinot Meunier y 5% de Pinot Noir. En nariz descubrimos notas de flores, frutas blancas, lácteos (mantequilla) y pastelería (bizcocho). En boca notas minerales y salinas.
Catamos estos aromas de Francia mientras consultamos su carta, merece la pena fijarse bien en el mapa de España donde destacan algunas zonas vitales de nuestro país, algunas por la importancia de sus vinos.
Comenzamos con una Ensalada de Tomate, Cangrejo, Mango, Aguacate y Cilantro, refrescante sugerencia que marida a la perfección con el Champagne que está en nuestras copas.
Cambiamos de vino para los siguientes platos, es aquí cuando me alegro tanto de que mis amigos sean don grandes sumilleres, su elección siempre es acertada y en este caso un autentico lujo, Meursault Charmes Premier Cru 2006 elaborado con uva Chardonnay. Meursault es una pequena villa de la zona de Cote de Beaune al norte de la Borgoña.
Un vino que destaca por una acidez equilibrada con notas de melocotón y albaricoque, perfecto para acompañar foie gras, pescados o mariscos y quesos maduros.
Para acompañar a este vino hemos pedido unas Vieiras, Maíz, Tomate Ahumado, Puerros en Vinagre e Hinojo Marino. El punto cálido y a la vez salino de la viera es compensado con los vegetales que aportan frescura al conjunto.
Con el vino seleccionado no podía faltar un riquísimo Foie Gras acompañado de un Parfait de Pollo con Ruibarbo, mermelada de saúco y tostadas de masa fermentada que comparten plato con una cuidada Selección de Charcutería, Pepinillos y Mostaza de grano entero.
Y para seguir maridando con el vino apropiado tomamos ahora una Gambas Tigre a la Parrilla, Aioli, Mantequilla de Ajo y Hojas de Ensalada. Otro maridaje acertado, la acidez exquisita de nuestro Meursault baila en boca y abre nuestro paladar a las notas salinas de los crustáceos.
No podemos olvidar de la carta un plato muy apetecible, Ceviche de Vieira con Aderezo de Yuzu y Vainilla y Ensalada de Fideos, un plato fino y elegante con fusiones de dos mundos, el chef juega con diferentes texturas para darle a nuestro paladar las notas cítricas del pequeño yuzu, confundido muchas veces con la mandarina por su gran parecido en sabor, la vainilla le da un toque más exótico aún y suaviza la muy fresca vieira.
Y terminamos el mundo del pescado, los crustáceos y moluscos con un Salmón Ahumado, Rábano Picante, Yogur y Pan de Centeno, suave y bien tratado, de excelente calidad.
Si tuviera que hacer una evaluación general antes de pasar a los postres yo diría que la presentación de los platos es muy atractiva y que la composición de todos los acompañamientos me parece muy acertada dentro de platos de buena elaboración y con producto de muy buena calidad.
Y llegamos a los postres rodeados de este mágico ambiente donde la reflexión de la suave luz al incidir en el cristal de las copas, la cálida madera de las cajas de vinos y su barra central donde no falta el Champagne, nos recuerdan que estamos en un lugar donde el vino se ama y se cuida, Agustín me apunta que aquí hay vinos de coleccionistas que tienen autenticas joyas que ya no es posible encontrar en el mercado y que son comercializadas en este local.
El primer postre sería un guiño a mis amigos sumilleres, Helado de Jurançon con Sopa de Fresas y Sablé y Sablé , el vino del Jurançon se produce en la cordillera de los Pirineos y destaca por su sabor potente y con carácter. Persistente y de color dorado con reflejos verdes, despliega aromas florales (retama y acacia) y afrutados (fruta de la pasión, almendra tostada y frutos secos). Una delicia como postre acompañado de una frutal sopa de fresa y de un homenaje a la pastelería francesa como es el sablé.
Hacer mal una tarta en esta ciudad donde tan buenas y grandes tartas se pueden degustar sería un pecado, y el cocinero cumple con su trabajo al prepararnos esta Tarta de Quesos y Moras que dará el toque final sabroso y dulce con notas de campo en esas moras intensas.
Brindamos por esta cena y por el buen trabajo de Caroline Ine y el resto del equipo de 28-50, un lugar para conocer.
La noche se adueña de Londres, a nuestra salida en la calle de enfrente puedo ver otro templo de la buena gastronomía en Londres, es el Restaurante Pollen Street Social del famoso Jason Atherton al que podría dedicar un solo viaje de varios días con sus seis preciosos restaurantes, pero eso será en otro momento, mis amigos ya me arrastran a la carrera a una sorpresa.
Una sorpresa cargada de «glamour» y lujo que pude descifrar al llegar al nuevo icono hotelero de la ciudad, el Shangri-La Hotel , abierto hace tres meses y ya es una de las nuevas sensaciones londinenses, pero tendría que entrar para descubrir el motivo.
Después de contemplar el lujo asiático de este espectacular hotel en cada pasillo, escalera y detalles de toda su decoración llegamos a la planta 52. El Gong Bar es el lugar de moda de la ciudad. Su nombre viene de ‘dougong’, elemento estructural para la sustentación de soportes de madera, que se utiliza en la arquitectura tradicional china y que podemos encontrar en su barra.
De claro diseño asiático moderno el lugar nace del aspecto mítico de cinabrio, un mineral que se ha utilizado históricamente para crear el ‘dragón rojo’ que se encuentra en las paredes de los Palacios imperiales chinas.
Compuesto por varias cámaras íntimas (Cocktail Bar, Champagne Bar y la piscina) guarda la reminiscencia de los tocadores tradicionales de Occidente.
Todo esto y el espectáculo que suponen la vistas desde esta glamurosa atalaya hacen de este lugar algo irresistible.
Comenzamos con Champagne, exquisito servicio con una carta digna de ver.
Nuestro primer invitado a la mesa será Champagne Deutz Brut Classic seleccionado por mis expertos amigos que ya me tienen entregado a sus magnificas decisiones enológicas. Esta joya perteneciente a Deutz, bodega fundada en 1838 nos regala en este Champagne una nariz que me muestra fruta de hueso y notas cítricas. En boca pastelería, marcada galleta muy fina y la suavidad de una miel golosa y efervescente. Elaborado en Brut, de estilo seco (menos de 15g/l.) la mayoría de los vinos se producen sin añada, con mezcla de varios años o con vinos elaborados a partir de la cosecha actual en cada caso enriqueciendo con vinos de crianza. Los Champagnes elaborados con uva de una sola cosecha se etiquetan con el año de referencia y la descripción Millésimé.
Una vez apurado el Champagne pasamos a catar una de las 9.500 botellas elaboradas con Chardonnay procedentes del viñedo Les Encegnieres que está justo al lado de Grand Cru Batard-Montrachet. Otra elección muy apropiada para un marco de lujo, Chassagne-Montrachet «Les Encégnières» , expresivo, rico, de una finura extrema donde sus notas florales son la base. Su vendimia es manual y su crianza tiene lugar durante 10 a 18 meses en barricas de roble.
El sumiller de Gong Bar no quiere que nos marchemos sin invitarnos a catar un Dönnhoff Norheimer Dellchen, una delicia de Riesling que nos parece brillante para terminar tan especial noche en la que hemos viajado a diferentes y muy destacadas regiones vinícolas de Francia para terminar en Alemania. En nariz explotan notas minerales y de frutas tropicales. En boca complejo, piña, manzana verde y cítricos luchando en un final largo y expresivo.
La noche avanza sin piedad, a pesar del placer que supone disfrutar con dos grandes sumilleres y sus muchas explicaciones y anécdotas no quiero abusar de su tiempo de descanso, mañana ambos tendrán que acudir a trabajar en dos de los grandes restaurantes de la ciudad tocados con estrella Michelin, yo seguiré mi búsqueda de la excelencia pero les tendré bien presentes y con ellos viviré otras grandes experiencias en el centro gastronómico del mundo ¡gracias amigos por vuestras atenciones, tiempo y una noche inolvidable, mucha suerte en vuestras intensas vidas, os aprecio de verdad!
