Una palabra italiana ilumina desde hace pocos días el número ocho del Paseo de la Castellana, atrás queda un local sin gracia y sin alma que antes estaba en este lugar. Hoy ese rotulo de acero indica que has llegado al local más chic de Madrid, el Restaurante OTTO.
Luminoso, cálido, con alma, así nos recibe su «Lounge» con gente guapa que da la milla de oro de Madrid, un ambiente ultra positivo que trasmite buenas vibraciones se respira en este espacio que encontramos en su entrada. Un lugar para tomar un Champagne, vino o copa a cualquier hora. Las mesas bajas en esta zona, donde también es posible comer, le dan un aire desenfadado y divertido en el que apetece estar.
La decoración contemporánea asoma notas «hipster», tan del gusto del momento, en sus inmensas fotografías que cubren algunas paredes. La iluminación bien estudiada garantiza el bienestar.
En mi camino hasta la mesa descubro el espacio llamado «la biblioteca», posiblemente el decorador ha querido trasmitir la sensación cálida de estar en casa, para los que amamos los libros y forman una parte importante de nuestra vida este rincón es realmente especial.
Varias salas que se convierten en espacios privados con cerramientos bien pensados, una de ellas con cascada de agua en una de sus paredes, una barra con DJ en su parte inferior y una terraza completan su configuración.
Me recibe Adán Gómez, jefe de sala y bien conocido en mi blog por su exquisito trabajo en otras salas apreciadas. Sumiller preciso y con buena escuela al que es un placer tenerle de compañero en la Asociación Madrileña de Sumilleres (AMS).
Nos da la bienvenida Adán con un refrescante Champagne Ruinart que abre nuestra cena, nos ponemos en sus manos, seleccionará el menú y los vinos a catar.
Ojeando la carta se ve claramente que estamos ante una cocina de mercado con algunos toques de cocina italiana y donde no se busca llegar a la alta gastronomía, cocina sencilla, fresca y divertida que permita en muchos casos compartir. El primer plato en llegar es una Ensalada Canónigos con Brotes y Nueces, Jamón de Pato y Aliño Limón-Aceite. Refrescante y agradable contraste del pato con la crujientes nueces.
Vengo acompañado de Juanma Terceño, sumiller de González Byass que tampoco se quiere perder la inauguración de un lugar tan especial como es OTTO, en su honor Adán nos sirve para acompañar los entrantes un Tío Pepe en rama, una delicia que entra en perfecta armonía con la ensalada y sus notas verdes. Son sus aromas a almendra y levadura los que nos regalan un paladar fresco, intenso y complejo con ese sensacional final salino.
Prueba de fuego en Madrid, Croquetas de Boletus y Trufa, en esta ciudad no se perdonan unas croquetas mal preparadas. El chef pasa con buena nota este examen culinario.
Ahora Adán nos propone un interesante vino El Nispero, D.O. La Palma, elaborado con Albillo en los montes del municipio palmero de Garafía, en un lugar llamado Briesta. Refrescante acidez con toques de fruta blanca, hinojo, anís y notas salinas.
Acierto del sumiller para elevar las notas salinas de una rica Sepia Fría (Receta del «Museu do arroz» de Comporta en Portugal), No hay mucho secreto pero si el compromiso de una fresca materia prima, una limpia fritura y una correcta elaboración para emocionar con un también correcto punto crujiente.
Seguimos con un original tartar, presentado con un corte grueso en tacos, Tartar de Salmón con Crema de Mostaza Dijón. Otro plato perfecto para compartir, fresco y sugerente, sin pretensiones.
Mediterráneo y andaluz, en clara fusión de cocinas tradicionales se encuentra su Arroz Negro de Sepia con Puntillas Crujientes y Suave Alioli Confitado de Azafrán.
Difícil es resistirse a las Alcachofas en su Jugo con Lascas de Parmesano, un plato sencillo, humilde pero siempre acertado si se prepara con el cariño que lo hace el chef de OTTO.
Adán le hace otro guió a Juanma Terceño sirviendo ahora con Alfonso Oloroso, será para acompañar a uno de esos platos de influencia italiana.
Tagliatelle a la Trufa Negra, con Caldo de Pollo, Mantequilla, Lascas de Parmesano y Trufa, un plato que encontraremos en su carta en el apartado de pastas y arroces, llamado a triunfar.
Brownie de chocolate con helado de vainilla y salsa de chocolate caliente. Con él comienza el capítulo de los postres de una forma contundente y es que este postre siempre maravilla a los locos del chocolate, será un clásico de OTTO con seguridad.
Quiere llevarnos ahora Adán a Francia para disfrutar de un interesante vino de postre Chateau Prost 2010 Francia, Sauternes (Semillon). Un precioso color oro nos avisa de su delicadeza en boca, en nariz muy fresco con notas de vainilla, limón y cera de abeja. Una delicia de vino para el siguiente postre donde la vainilla encontrara su aroma reflejado.
El segundo postre será Gino Receta original del restaurante Purobeach – Marbella. Mezcla de frutas, chocolate blanco gratinado, helado de vainilla. Otra refrescante y buena opción para los amantes del chocolate.
Y también probaremos una Tarta de queso casero con mango y fruta de la pasión. Servida en copa y con textura más semilíquida que sólida.
Terminamos nuestra cena con un final dulce de autentico lujo, un Tintilla de Rota de Finca Moncloa que nos permite conversar con un gusto muy dulce y denso en boca. Sus frutas del bosque pasificadas llenan la boca dejando todo un abanico de recuerdos de bosque con un final persistente.
No quiero despedirme del manager del restaurante que es Pedro Galán, llegado de tierras andaluzas para dirigir OTTO con acierto, tampoco lo quiero hacer sin dar la enhorabuena al chef Juan Gely al mando de la cocina.
Foto final con el chef, con Juanma Terceño y por supuesto con Adán Gómez, que tanto nos hizo disfrutar con su armonía de grandes vinos.
OTTO ha venido para quedarse, el cliente manda y a la gente le gusta este lugar tan especial que ya es oficialmente el restaurante de moda del Paseo de La Castellana, seguro que tendrán un duro trabajo para mantener el nivel pero son gente con ganas y profesionales. Vendrán muchos de los llamados «críticos gastronómicos» cargados de naftalina gastronómica y juicio preestablecidos y darán todo tipo de opiniones, pero lo que deben tener claro es que OTTO es un lugar para disfrutar en su barra, en sus mesas o en su terraza de inminente apertura. Señores antes de juzgar hay que viajar más a Londres, New York, Berlin o Milán para darse cuenta que la filosofía de OTTO arrasa en todo el mundo, no todos los restaurantes del mundo tienen que ser exclusivamente de alta gastronomía. Si tuviera que dar un juicio de valor general sobre OTTO diría que es un lugar con un magnifico equilibrio, y el equilibrio en este mundo tan convulso está de moda ¡enhorabuena por la idea de OTTO y bienvenidos a una ciudad exigente pero abierta a novedades!