Andaba ayer en una cena canalla con vermuts, quesos artesanos y otras viandas a las 23:00 h. cuando me comunicaron que el chef Dario Barrio había fallecido practicando salto base en el Festival Internacional del Aire ‘El Yelmo’ en la localidad de Segura de la Sierra (Jaén). En el acto se rendía homenaje a Álvaro Bultó.
El mazazo fue brutal, de inmediato recordé a Dario con su permanente sonrisa, su simpatía natural y su pasión por la cocina, siempre rodeado de sus amigos. Hoy se nos va un importante miembro de esta comunidad de los que amamos la gastronomía.
Y a pesar de todo y aunque es imposible consolar a su familia y amigos comprendo su forma de vivir, cada vez que me voy a Groenlandia a navegar en kayak entre icebergs como rascacielos de hielo, donde la naturaleza salvaje es imprevisible y te puede jugar una mala pasada, o cuando recorro los desiertos más peligrosos del mundo donde campan a sus anchas escorpiones negros y algunas serpientes de mordedura mortal, mis hijas me preguntan ¿pero eso no es muy peligroso papá? siempre les respondo lo mismo, si no lo hiciese estaría muerto, necesito esto para sentirme vivo. Por eso comprendo la forma de vivir de Dario, se ha marchado haciendo algo que le daba la vida.
Yo quiero recordarle hoy con su sonrisa, con sus amigos, en su cocina. Seguro que cada vez que tengamos una fiesta vendrá a vernos, cada vez que andemos por las cocinas de sus compañeros chefs vendrá a cocinar con nosotros y nos regalará su mejor sonrisa ¡descansa en paz Dario, seguiremos dando importancia a la gastronomía en recuerdo de tus platos y del trabajo que dejas!