Retornamos otra vez a un plato de pescado, un Tataki con Ajo Blanco y Olivas Negras, buena y sugerente combinación que cambia el rumbo de la cena a texturas y sabores en crudo.
Nuestro Chef desgrana cada plato poco a poco bajo la atenta mirada de Jeremy Hawkinngs, Chef Executive de Connoisseurs Scotland, que hoy es mi invitado en Madrid y que está disfrutando de lo lindo, un gran piropo para el chef ya que Jeremy trabaja en Escocia con los más importantes restaurantes y hoteles de lujo de Escocia, está acostumbrado al más alto nivel.
Y pasamos a la carne con un plato también muy personal, Hamburguesa de Buey con Foie Fluido y Tapenade Dulce, equilibrio de sabores y tamaño perfecto para no cansar y querer más.
Es el momento de tomar unos interesantes crustáceos, Cangrejos de Concha Blanda donde todo se come sin menospreciar ni una parte de su crujiente cuerpo.
Del sabor de los mares al sabor más profundo de la tierra en los aromáticos bosques de pinares españoles. Protegido por una misteriosa campana llena de humo que oculta su contenido llega el siguiente plato.
Esa campana que se sirve a cada comensal protege y hace la función de ahumar uno de los mejores platos de Charlie Champagne, llamado sin lugar a dudas a convertirse en un clásico de la casa, Huevos 62, unos impresionantes Huevos a la Brasa con Falso Carbón de Yuca, Boletus y Trompeta de la Muerte. Este es uno de esos platos que no quieres que nunca se acabe y que cuando se sirve todos los que están en la mesa degustan sin mentar palabra alguna, concentrados en el placer.
Y Carlos nos lleva en un baile continuo que pasa del mar a la tierra y de la tierra al mar, ahora nos movemos en un territorio más clásico pero sin renunciar a su creatividad, será para disfrutar con un Bacalao Confitado con Guiso de sus Callos a la Madrileña.
Totalmente satisfechos y contentos por las burbujas que han iluminado nuestro espíritu llegamos al postre y punto final de esta orgía de sabores y aromas. Chocolate Blanco con Crumble de Oro, Avellana y Mango Helado, nunca más apropiado broche de oro para una cena del todo creativa, del todo emocionante. Sabor fresco y frutal aportado por el mango pero con la intensidad del juego perfecto de la avellana y el chocolate en simbiosis.
Quiero que Jeremy se lleve un buen recuerdo de su cena y le hago una foto con los dos cocineros que le han permitido disfrutar durante estas horas de una gastronomía tan personal y divertida, Jonathan Rivera y Carlos Durán posan con Jeremy que ha venido a cenar con el Kilt, la prenda típica que diferencia por colores a los diferentes clanes de los Highlands escoceses.
El resto de mis invitados forman parte del sector del mundo de los eventos y los viajes internacionales. Alessandra, Nuria, Antonio y Alfonso comparten la foto final junto a Carlos y Jonathan para despedirnos de un restaurante al que vendré seguro muy a menudo ¡muchas suerte capitán te la mereces!
Me despido de mis amigos y al recoger mi coche no puedo evitar parar un vez más al abrigo de la noche en el monumento más antiguo de Madrid, a escasos metros del restaurante. Son los restos de la Muralla Árabe donde muy cerca de aquí dice la leyenda que surgió el nombre con el que nos apodan a los madrileños, cuando estando Alfonso VI sitiando dicha fortaleza uno de sus soldados trepó ágilmente la muralla con la única ayuda de su daga, los soldados exclamaron ¡parece un gato! ¡trepa como un gato! ¡gata, gato! trepó hasta lo más alto y cambió la bandera musulmana por la cristiana, el soldado recibió el nombre de gato y así nació la leyenda. Esta leyenda, que pocos madrileños conocen, se la regalo al castizo y «gato»chef Carlos Durán mientras la noche me envuelve en tan mágico e histórico paisaje.