Para continuar nuestro viaje por los sentidos cambiamos de tercio una vez terminadas nuestras copas de burbujas francesas. Juanma Terceño saca pecho y nos descubre su joya nacida en la Sierra de Cádiz, Finca Moncloa 2009, uvas Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Tintilla de Rota y Tempranillo obran el milagro de su sabor afrutado suave con notas de café, tostados y vainilla. Será un buen compañero de viaje paraa nuestro paladar.
Tendrá tiempo para degustar tan buen vino el Chef Christophe País con nosotros mientras charlamos de la pasión de la gastronomía que nos une y nos cuenta detalles de su cocina. Nos anuncia también la llegada del principal que hemos pedido.
Un Arroz Abanda con Cabracho donde encontramos tropezones de gambas, calamar y presentado con un Cabracho listo para comer es nuestra siguiente elección. Suelto, en su punto de dureza óptimo y con un sabor que denota un buen trabajo a la hora de elaborar el suc de fondo. El cabracho tostado permite ser comido hasta las espinas ¡una delicia!
Seguimos la estela que nos marca Juanma, ahora con otra de las joyas de González Byass, Finca Moncloa 2009 9 barricas que contemplamos con etiqueta ficticia traída en especial para esta ocasión. Superación para terminar esta armonía con las muy buenas propuestas del Chef y dar paso a los postres. Como su hermano viste una agradable suavidad, en este caso con notas balsámicas y de fruta madura que se hacen presentes en compañía de madera sutil.
Para acompañar a tan buenas cualidades hemos elegido un clásico de la pastelería de Nueva Zelanda, una Pavlova, llamado así en homenaje a la bailarina Anna Pávlova y reclamada como receta original también en Australia, aunque la receta más antigua publicada y conservada se debe a un libro de Nueva Zelanda. Preparada con merengue francés, nata con autentica vainilla de Papantla, fruta de la pasión, grosella, mango, frambuesa, fresas y mucho amor hace honor a la etérea bailarina que asombró al mundo.
Con más cuerpo y muy dulce es la Torrija de Baileys con Helado de Vainilla, elaborada con brioche casero, nata y Baileys infusionados con vainilla de Magadascar, caramelizado con azúcar y soplete a 600º y acompañado de helado artesanal de vainilla.
Hemos disfrutado mucho de la exclusiva terraza de La Bomba Bistrot, abrazada y protegida por otoñales árboles que le aportan un componente natural, un autentico oasis en la jungla de asfalto de Madrid.
El interior interior del restaurante respira buen gusto y una sensación de bienestar que te invita a disfrutar de una buena comida, me recuerda a algunos bistrot parisinos, sin duda un lugar creado para la emoción.
No querrá Javier Gila que nos marchemos sin enseñarme el ingenio de Le Verre de Vin que el restaurante tiene para proteger de la oxidación los vinos de la casa.
Terminamos nuestra comida y nos despedimos del Chef Christophe País, su Bomba Bistrot me ha gustado mucho y pienso regresar pronto. Un lugar para disfrutar, desenfadado pero con un buen equipo de sala y por supuesto con una cocina sincera dotada de sabores intensos. Javier y Juanma han sido como siempre dos compañeros ideales de mesa y cata ¡un lujo de compañía en un lujo de restaurante, larga vida a La Bomba Bistrot!