No es fácil encontrar lugares tan especiales y singulares como Granvía uno Restaurant & Cocktail Bar, donde los que decidan probar su nueva gastronomía también disfrutarán de un viaje en el tiempo. Las paredes de este impresionante restaurante fueron construidas en 1916 por el arquitecto Eladio Laredo, concebido como vivienda de lujo en la época el edificio es una autentica joya arquitectónica que incluye paneles cerámicos de Daniel Zuloaga y una decoración exterior con elementos evocadores del mundo medieval y renacentista.
Hoy Javad, su propietario, ha regalado a este impresionante edificio del número uno de la calle más emblemática de Madrid el orgullo de tener nuevamente un local de autentico lujo como en sus años ya tuviera con los Salones Sicilia Molinero en la primera planta.
Una cuidada rehabilitación ha devuelto a la planta baja y sótano de este edificio todo el esplendor de sus mejores tiempos. Javad nos ha reservado la mesa del privado en la zona llamada Trufa Blanca. Desde el respeto al pasado y con sumo gusto se han recuperado equipamientos, tuberías, vigas y paredes de distintas épocas.
En la planta de calle otra zona más desenfadada y llamada Open Bar permite degustar pinchos, raciones, y todo tipo de comida para los que tienen prisa.
Regresamos a la zona de cocina más elaborada pero antes me detengo a contemplar la atractiva barra de su cocktelería, la zona más animada cuando llega la hora de las copas.
De su original bodega llega el vino que hemos pedido para comenzar la velada.
Petalos 2010 un vino muy conocido de corte moderno y producido en el Bierzo, fresco, sabroso, intenso y afrutado.
Para acompañarlo hemos empezado con unos platos para compartir compuestos por pan tostado con tomate…
… unas anchoas del Cantábrico…
… unas ricas y coloristas verduras al carbón…
… y unas riquísimas croquetas XL de carabinero con salsa de crustáceos y chip de puerro.
Como principal yo me decanto por un Steak tartar que se me antoja como la mejor opción esta noche. Me gusta, si no te fascina la cebolla debes decirlo para que lo preparen a tu gusto.
También he probado su carpaccio de bacalao ahumado con base de tomate triturado y alcaparras.
Terminamos la cena y quiero probar sus postres, mi elección es un Granizado de leche merengada.
Pero también llega a la mesa un Brownie con helado que han pedido mis amigos de mesa.
La noche continúa y mis compañeros de mesa se animan con copas que prepara su maestro en cócteles, entre ellos un original mojito de fresa.
Ha sido una interesante experiencia, mentalmente no he parado de viajar en el tiempo imaginando lo que han visto esta paredes, le deseo lo mejor a Javad en este precioso restaurante y cocktelería con capacidad para más de 180 personas, un espacio único en Madrid.
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