La segundo que te seduce es su suculenta barra de pintxos que hoy está repleta de clientes, yo tomo la opción de subir a la primera planta y comer sentado en la zona de restaurante.
Unas ricas banderillas de aceituna, anchoa y guindillas me alegran la espera de los platos que hemos solicitado. El restaurante y la zona de pintxos están repletos y tendremos que tener paciencia para recibir la comida, pero merece la pena y no tengo ninguna prisa.
El primer plato está fuera de carta y es una estupenda Ensalada de tres tipos de tomates coronados con rodajas muy finas de guindillas. Sublime sabor autentico de tomate de huerta.
Un impresionante Tartar de atún rojo de almadraba de Barbate y guindilla de Ibarra sigue aportando puntos a esta comida, la textura del atún con el efecto ligeramente picante de la guindilla lo hace irresistible montado sobre una pequeñas tostadas.
Es hora de probar una deliciosa «Txistorra» de Orio frita, otro acierto de elección que ya conocía de tomarla en la planta de baja tapeando.
Y para terminar una muy rica tortilla de bacalao acompañada de una mayonesa con un sutil sabor a aceite de oliva, delicioso final para nuestra comida con sabor a Euskadi.
He tardado en comer una hora pero como he comentado antes ha merecido la pena, Orio sigue siendo una de mis opciones cuando vengo a esta zona, situado estratégicamente en la calle Fuencarral esquina con la calle Colón.