En las montañas de Saboya también se produce otro delicioso representante de la región, el Reblochon Fermier, compuesto en su totalidad de leche de vaca de raza Abundancia, Tarine y Montbéliarde. Su forma redonda y plana se obtiene después de varios prensados y de repetidos lavados que da como resultado una corteza limpia de color anaranjado azafrán con un moho blanco muy fino que muestra su refinamiento en bodegas frescas.
Otro de los representantes de Saboya y Alta Saboya es el Emmental que se elabora con leche cruda de vaca tarine, abondance y montbéliarde procedente de Franco Condado, los Vosgos y Saboya, requiere 75 días como mínimo para su maduración correcta. Posee un 45% de materia grasa y tiene forma redonda con un cierto abombamiento. Sus 75 centímetros de diámetro tienen en su exterior una corteza amarillenta o marrón y en su interior de pasta prensada y cocida los muy conocidos y regulares «ojos»
De pasta blanda, sin prensar, con la corteza poco formada y entre amarillenta y marrón claro. Su interior guarda una pasta blanca y uniforme, cremosa y suave. En boca descubre su suave sabor a leche de vaca.
No abandonamos los quesos más cremosos de esta región para ir a probar el Saint-Marcellini, hermano del anterior y especialidad de “Le Dauphine”, Lyon. También elaborado en el pasado con leche de cabra y hoy con leche de vaca, con una curación de 20 días.
De textura muy cremosa y con sabor suave ácido y especiado que se intensifica con el paso de los días. Si esperamos 5-6 semanas tendremos un queso totalmente seco y de potente sabe picante. Se comercializa en una terrina de plástico.
Ahora quiero sentir el frescor y aire puro de la margen del río Jura entre Suiza y la Borgoña para encontrarme con una de mis debilidades, el muy famoso Gruyère de Comté Reserva 18 meses. Una delicia de pasta prensada cocida, conocida y alabada en toda Francia y procedente de Franco Condado donde las vacas se ordeñan para alcanzar 530 litros de leche que se necesitan para hacer cada queso. En su meticuloso proceso de elaboración y prensado con una tela se utiliza sal, frotado y continuo cambio de posición. Para alcanzar su punto optimo debe madurar entre tres y seis meses (en la foto una pieza de Reserva 18 meses) y dará como resultado una dura corteza con una sorprendente masa amarilla en su interior con aroma afrutado y notas florales donde destacan sus característicos agujeros u «ojos».
Y en el departamento de Jura encontramos otro queso legendario, el Morbier, cargado de historia ya que existe su producción desde el siglo XVIII comenzándose a elaborar en el pueblo que lleva su nombre muy cerca de Suiza.
Es muy fácil de diferenciar por a capa de ceniza que lo recorre horizontalmente en su mitad, elaborado inicialmente con la cuajada sobrante del Comté se separaba la capa inferior preparada con leche del ordeño matutino de la superior , vespertino, con ceniza de madera para evitar la formación de corteza y protegerla de los insectos, hoy ha quedado como símbolo de identificación pero se utiliza cualquier leche del ordeño diario de vacas montbéliarde o simmental française. Esta leche cruda de vaca da como resultado una pasta prensada no cocida con un 45% de grasa de color marfil o amarillos pálidos. La foto nos muestra su forma cilíndrica con caras planas y un canto ligeramente convexo con un diámetro de 30 a 40 cms. cuyo peso puede oscilar entre los 5 y los 8 k. En su exterior encontramos una corteza natural de color gris claro hasta beige anaranjado. Su textura fina, blanda y mantecosa en boca se muestra con sabor a nata mientras que en nariz despliega aromas muy singulares de levadura, heno fresco y acre.
Visitar la Borgoña siempre es un inmenso placer pero si lo hacemos para probar el singular Epoisses el placer es doble. Estamos ante un complicado queso de leche cruda de vaca que se lava con agua salada, se mantiene en bodega húmeda y al mes se lava con una original mezcla de agua de lluvia y marc (Trester) o vino blanco dos o tres veces a la semana, su maduración total es de cuatro a ocho semanas.
Debemos trasladarnos ahora a Auvergne (Macizo Central) para probar el semi artesano más conocido, el Saint-Nectaire con un cuerpo de unos 21 cm y 5 cm de grosor y un peso de aproximadamente 1.7 kilos. Este queso se prensa dos veces y se elabora con leche cruda de vaca de Auvernia (Raza Salers) y debe madurar de cinco a diez semanas en sótanos húmedos sobre centeno pasta flexible. Su corteza de color gris rojizo tiene moho blanco que puede variar a terracota o amarillo en función de su maduración. Su masa semi-blanda es fina y desata aromas a setas y frutos secos. En su olor se percibe la maduración sobre el heno y la persistente humedad.
Englobo aquí a tres tipos de quesos que no admite tintas medias, o son adorados u odiados, su elaboración y fuerte sabor son los responsables. Empezaremos por el Blue Dáuvegne, producido en la región de Auvernia desde mediados del siglo XIX con leche de vaca que madura en cuevas húmedas durante cuatro semanas y que da como resultado una pasta semi-dura cremosa y de color amarillento con vetas de hongos verdeazulados, con corteza natural salada muy fina y que tiene forma de cilindro plano. En boca se muestra salado, complejo y picante y esa cualidad picante es la que lo hace tan atractivo a los cocineros.
Para terminar nuestro tercer representante de los quesos azules catamos el Roquefort Artesanal de leche de oveja (Lacaune) coagulada y que se elabora en la región de Causses del Aveyron. De pasta prensada y con un peso aproximado de dos kilos y medio su elaboración tiene lugar guardando su masa en forma de bolas en las cuevas de piedra caliza de Roquefort-sur-Soulzon donde tendrá un afinado de cinco meses para desarrollar el moho Penicilium. De textura lisa y firme, en boca se muestra con un sabor fuerte, acido y salado mientras que su aroma intenso tiene notas de pasas y nueces.
Empezamos con un sabor extra suave, muy fino, todo el mundo dice que es un sabor cercano a la avellana. El caso es que empieza con una minúscula percepción y va creciendo y creciendo, Al final el sabor es intenso, ligeramente ácido que nos recuerda que comemos un queso de leche cruda, y de la misma forma que crece ese sabor muy potente también se va dismuyendo.
Para conocer el Rocamadour debemos viajar a una de las regiones que más me gusta de todas las que componen Francia, la región Midi Pyránees, departamento de Lot. Su nombre viene de Cabécou de Rocamadour nombre con el que también se le denomina y que significa cabrito. Su elaboración con leche cruda de cabra da como resultado, después de 10 a 15 días de maduración, un pequeño queso en forma de disco de aproximadamente 35 g. de pasta blanda y corteza natural con una corteza estriada y ligeramente aterciopelada, de color blanco a crema cubierto con diminutos mohos azules.
Maravillo artículo. Corroboro todo lo dicho sobre estos quesos, me falta por probar alguno pero otros muchos están grabados en mi paladar.Y entre los quesos de la Alta Saboya rescatar a mi favorito, el Beaufort, un queso elaborado en un solo valle, con variedades de verano e invierno, según la alimentación de las razas autóctonas de vacas: tarine y abondance. Salud.