Si tenemos en cuenta la distancia que hay que recorrer para llegar a China desde nuestro país nos podemos hacer ya una idea de lo diferentes que son las costumbres del pueblo chino de las nuestras. En este post me gustaría contarte algunos detalles que identifican esta noble y ancestral civilización.
Comienzo con la mirada perdida en el horizonte de este humilde cocinero que parece buscar en el infinito el destino de su existencia. Jornadas interminables de trabajo es lo común en todo tipo de trabajos, aunque parece que las cosas están cambiando…
Es muy fácil ver a los trabajadores de diferentes oficios descansando ya que pasan prácticamente todo el día en locales y empresas. A veces te puedes encontrar con esta peculiar escena cuando el restaurante donde trabajan es de lujo, en sus elegantes sillas los cocineros descansan el la calle junto a los cubos de basura y a la misma puerta de acceso al local.
Pero si hay algo curioso sobre la forma de descansar de estas gentes, sin duda es la forma de sentarse sin silla y en cualquier lugar, agachados como muestra la imagen. Recuerda a la forma de descansar de los árabes en algunos países como Jordania, pero la forma de los chinos destroza menos las rodillas.
También la forma de desplazarse en curiosa, de todos conocidos es que usan las bicicletas en gran medida aunque últimamente la aparición de las motos o bicis eléctricas están cambiando el paisaje de las grandes ciudades.
Sorprendente es lo que son capaces de llevar en una simple bicicleta, kilos y kilos de mercancias que trasladan sin parecer inmutarse.
Y el asfalto se torna en un crisol multicolor con bici carros y moto carros en un continuo ir y venir de mercancias de todo tipo, chatarra, sacos, frutas, e incluso personas a veces en posiciones de auténticos acrobatas suicidas.
Estos locos cacharros también abundan en la ciudades, son como una plaga a modo de taxi que inundan las calles, la mayoría conduce como Fernando Alonso en circuito y no es muy recomendable tomarlos a no ser que quieras vivir emociones fuertes.
El único problema de la utilización de estos medios de transporte, además del peligro físico que supone circular con cualquier vehículo descubierto en unas ciudades caóticas donde no se respetan los pasos de peatones, ni la señales de tráfico ni ningún tipo de señal vial, es la brutal contaminación. Algunos creen solucionar el problema con mascaras que poco evitan.
Y mascaras de gran utilidad son las que verás en todos los hoteles del país, ya que en el interior del armario de las habitaciones están estos curiosos embalajes que guardan mascaras de protección contra el humo en caso de incendios ¡que tomen nota mis amigos los hoteleros de occidente! seguro que han salvado la vida a más de uno.
La preocupante contaminación atmosférica no es la única que perturba al país, la estética también es patente en las calles de las grandes ciudades, los cables inundan las urbes impidiendo a veces hacer fotografías sin incluir en el paisaje inmensas marañas de cableado negro acompañados de otros inquietantes objetos tecnológicos, las cámara de vigilancia que están por todas partes controlando cada rincón. Está seguridad es muy criticada en las ciudades de todo el mundo pero debe funcionar ya que es un país seguro, sin duda también por su pena de muerte garantizada a violadores, asesinos, terroristas y funcionarios corruptos, y dada la violencia existente en los países llamados democráticos todo es cuestión de pensarlo ¿no?
El gran consumo energético que necesita este país para fabricar gran parte de lo que usamos en occidente hace que esta contaminación se incremente de forma permanente. Recorriendo sus carreteras podemos ver estas centrales de ciclo combinado donde el carbón es uno de los grandes agentes contaminantes. El futuro de la salud de los chinos no promete ser muy positivo y su influencia en el resto del mundo ya está clara, el cambio climático no les importa mucho. Esto es algo que me cuesta creer en un país donde la religión budista, tan extendida, exalta los valores de la naturaleza y la necesidad de su preservación.
La veneración del pueblo chino a sus religiones nada tiene que envidiar a otras, aquí tres grandes religiones pueden destacarse claramente: el Budismo, el Taoísmo y el Islamismo. Es muy normal ver estas manifestaciones de respeto y recuerdo a sus familiares y amigos muertos. El incienso y la quema de todo tipo de objetos son la costumbre en los templos de toda China.
En claro contrate con el acatamiento arcaico de las religiones que Marx definiera como «el opio del pueblo» otra droga mayor está dominando las grandes ciudades, se trata del consumismo. Palabra que curiosamente se parece a comunismo aunque pongo tenga que ver.
Grandes centros comerciales y enorme avenidas con las principales firmas de moda de todo el mundo hacen vibrar a las nuevas generaciones y nuevamente encontramos el contrate brutal de dos mundos totalmente opuestos que sin embargo parecen convivir en perfecta armonía.
Pero a mi me gustan más los mercados con encanto donde puedes encontrar sorprendentes antigüedades, flores, comida o cualquier cosa que te puedas imaginar.
La costumbre de regatear en estos mercados es imprescindible y se puede convertir en una ardua batalla en función del mercado y de la dependienta, llegando a gestos y comportamientos agresivos y de mal gusto, afortunadamente no todos son así. Me temo que esta manera de comportarse la han generado los turistas que a veces no saben donde está el límite.
Pero como «no hay mal que cien años dure» esta agresividad se pasa con los años, la madurez da la calma y la sensatez. Sensatez que en China se utiliza para practicar infinidad de aficiones como jugar a las damas, las cartas, volar cometas, hacer deporte al aire libre. Sus espacios preferidos son los inmensos parques que aportan el necesario color verde a las ciudades.
Parques que cuidan con esmero y que son un gran reclamo para turistas y habitantes del país. En ellos siempre encontramos muy atareados a cuadrillas de basureros con estas curiosas escobas construidas con bambú y ramas de árboles.
Y aunque nos parezca de otro mundo, la limpieza de la ciudad y de muchas casas se sigue realizando de forma muy artesanal o arcaica.
Excepciones como las dotaciones técnicas de limpieza y reparaciones de empresas y centros comerciales son más modernas y llaman por ello la atención.
La limpieza e higiene imprescindible a veces se convierte en todo un espectáculo y es que en China se sigue colgando la ropa a vista de todo el mundo, nada raro en muchas ciudades del mundo. Lo que si es singular es la forma de hacerlo, procurando colgar en perchas para luego no tener que planchar.
Otros sin embargo deben de planchar muy bien sus elegantes vestidos, es el caso de los novios que durante todo un año se dedican a hacerse fotos por jardines, monumentos y rincones especiales para el día de su boda tener un completo book de fotos, en occidente más de uno se divorciaría antes de terminar…
El tradicional kimono ya es muy difícil verlo en las grandes ciudades a excepción de algunos lugares turísticos. De esta interesante prenda se pueden encontrar más de 17 tipos diferentes, de China llegó la influencia de la utilización de la seda para su confección, en Japón se utilizaban materiales menos nobles. Su nombre viene a significar en español «llevar cosa» y su iconografía, color y lenguaje estético indica el estado de ánimo, estado social, acto social… de la persona que lo utiliza.
Más tradicionales pero en claro declive podemos encontrar por las calles prendas más espartanas de campesinos que más bien parecen propias de un museo de etnología.
Las calles de este gran país son una fuente de inspiración y no paran de mostrarnos paisajes sorprendentes de forma y colores, a veces muy útiles como estos cacharros colgantes que esperan la llegada de la lluvia para ser colmados.
Y mientras tranquilos callejones descansan del bullicio, miles de personas en otra punta de la ciudad se agolpa para entrar en el metro, y son tantos que han tenido que crear una profesión especializada de empujadores, que en su formación ahondan en la anatomía del cuerpo humano para no hacer daño a los sacrificados usuarios. La experiencia del metro la he dejado para mi siguiente viaje…
Prefiero ver a los pequeños chinitos reír y disfrutar de un espectáculo que antaño suponía la máxima tecnología. Durante 3 minutos los críos y no tan críos pueden disfrutar de apasionantes historias contadas por este trovador del pasado. Además para amenizar el espectáculo se cambia periódicamente de gafas (ver la parte superior derecha de la foto) para hacer más verosímil su personaje. Sencillamente delicioso…
Pero lo que es evidente es que la modernización de este pueblo es imparable, el uso de las nuevas tecnologías llega a todas partes y aveces impresionan las dimensiones de sus equipamientos audiovisuales como es el caso de estas pantallas gigantes de leds en la plaza de Tian´anmen.
Esta tecnología es llevada a la vida cotidiana de los negocios y podemos encontrar agrupaciones de establecimientos gremiales como estos en Xian que se dedican hacer rótulos luminosos y con pantallas de leds.
Aunque puestos a elegir me quedo con las rotulaciones del pasado, no se ven igual de bien por la noche pero son más autenticas y representan a la China que todos los viajeros queremos encontrar, la exótica, la de tiempos remotos, nos gustaría que historia se detuviera hace 200 o 300 años, pero no comprendemos que la vida sigue y todos los países para bien o para mal evolucionan. Si estas maravillas, vestigios del pasado, no son conservadas pronto no habrá diferencia de estas ciudades con New York.
Es posible que muchas tradiciones se pierdan mientras otras se mantengan o ganen incluso fuerza, la gastronomía es un buen ejemplo. Su afición a crear la pasta cada día se mantiene y en algunos lugares es espectáculo para turistas del país e internacionales, en esta imagen preparando la pasta para hacer fideos.
Y aunque se evolucione y se incorporen a su sociedad cada vez más productos de estilo occidental, costumbres como la de comer en palillos sigue siento totalmente mayoritaria, incluso para los más jóvenes. Una tradición preciosa y que personalmente veo muy cómoda, cuando has adquirido la práctica eres capaz de comer cualquier cosa con los palillos.
Otras costumbres como la de tener pequeños pájaros en jaulas está muy extendida en este país, como en otros muchos, la diferencia aquí estriba en que sus propietarios los sacan a pasear y los ponen junto a otros para que canten y no se sientan solos. Es una costumbre social igual a la de los propietarios de perros en occidente.
No, no es lo que estáis pensando. Este perro está en una tienda de animales esperando a ser vendido como animal de compañía. A pesar de lo que mucha gente cree, el perro no se come en toda China, es usual su consumo en invierno en algunas zonas del norte como Jiangsu donde se come guisado con un condimento de trotuga. Alimento preferido del fundador de la Dinastia de Han, se convirtió en algo popular en estas latitudes. Normalmente se cruzan diferentes razas chinas con el San Bernardo que dan grandes camadas y un animal con abundante grasa. Unos 300.000 perros se matan en esta región al año , la mayoría se dedica a la exportación para toda China y Corea y no es un producto, económicamente hablando, al alcance de todos.
Los animales que si están al alcance de todos son los peces, concretamente las carpas chinas o peces de colores como se les llama en occidente. Se encuentran en todo tipo de lagos, tinajas y estanques.
Llegando en algunos casos a convertirse en auténticas jaurías en busca de alimento lanzado por los visitantes de estos espacios acuáticos, todo un espectáculo multicolor.
Y aunque el tiempo pase y las cosas cambien, China es un país muy recomendable para ser visitado, ya que nunca dejará indiferente a los viajeros que a ella se acerquen. Sus costumbres muy diferentes a las nuestras son un aliciente más para conocer a este pueblo lleno de enigmas y misterios.
Una cultura que tiene mucho que aportar a occidente, una cultura que por ser milenaria es fascinante, que por ser diferente nos llama poderosamente la atención.
Un pueblo que no debe dar la espalda a sus costumbres, donde pueden convivir el pasado y el presente, lo milenario y lo vanguardista. Con esta mirada a una cultura fascinante despido mi tercer post sobre China, aunque quedan muchos más por publicar…