Este paraíso preservado de la insaciable sed de construcción, corruptela política y destrucción del litoral que ha arrasado todas las costas de nuestro país, goza de unos dunares únicos en el mundo que garantizan la conservación de su espectacular playa, donde amantes de los paseos y del footing son felices por su inmensa extensión. Durante años perteneció al ejercito que impidió su destrucción. La construcción de edificios y hoteles de baja altura y la preservación de ley de costas además de un buen plan de ordenación han permitido que este lugar exista hoy en día en la costa española.
El grupo hotelero Hipotels tiene en esta playa varios hoteles para diferentes presupuestos, para las familias (turismo habitual en esta zona) el hotel Barrosa Park es la mejor opción, con un servicio impecable de gente muy agradable y con ganas de agradar, más parecen amigos de los clientes que trabajadores. Una buena oferta gastronómica y una posición envidiable de primera fila de playa (detrás de los dunares por supuesto) además de todo tipo de espacios para el divertimento de mayores y pequeños hacen de este lugar algo muy especial. Su chiringuito en la playa es de lo mejor de la zona para tomar un buen pescadito y una cervecita bien fría.
Sus kilómetros de playa la han convertido en una de las playas más famosas de nuestro país, los amantes de los deportes acuáticos, del golf y la hípica tienen también aquí un espacio de lujo.
Abandonamos Cádiz para recalar en Almería, concretamente en Mojacar. Aunque esta zona si ha sufrido el duro castigo de la explotación urbanística, conserva algunos lugares dignos de ser mencionados.
Aquí como en todos los lugares del mundo para descubrir hay que buscar, las mejores playas no están al borde los apartamentos ni de los grandes hoteles y urbanizaciones. Ocultas por la naturaleza y en lugares donde los grandes edificios no aplastan la vista hay playas donde los adictos al Kay Surf son felices con sus grandes artefactos voladores, aquí puedes descansar lejos de la masa humana que se hacina en las playas de siempre.
Un mar tranquilo, por norma general, se lo pone fácil a los aficionados a los deportes acuáticos desde la vela al Windsurf.
Un clásico para comer bien es el Parador Nacional pero yo he querido contar mi experiencia en un lugar modesto pero que transmite muy buena energía, de ello tienen la culpa sus empleados, la música, su lugar privilegiado junto al mar y su comida. El chiringuito Cala Marina tiene unos espetos de impresión, una paella bien preparada al momento y muy buenos pescaditos. Por si fuera poco el precio es bueno y no te sientes un guiri estafado al marcharte. Este es uno de mis lugares preferidos de Mojacar, modesto pero bueno.
Para terminar mi pequeño periplo playero de Andalucía me marcho con un regalo de la madre naturaleza, ha querido el destino que esta noche sea luna llena y desde la terraza del restaurante La Mar Salada he captado esta instantánea para guardar un bonito recuerdo del verano. Una buena comida con un servicio desenfadado donde unas berenjenas con miel de caña, buenas ensaladas, buen queso de cabra, crujientes de verdura con deliciosa textura y buena música hacen nuestras delicias. Lo mejor, sin duda, la compañía incomparable de mis buenos y entrañables amigos Concha y Juan Jesús que me han descubierto estos lugares de la bella tierra de Almería ¡Salud amigos, todos necesitamos un poco de Sur!